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Roland Putsche: "Ser futbolista profesional no es suficiente"

Historias de futbolistas

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Comencé a jugar desde niño. Muchos niños sueñan con convertirse en atleta profesional. Tenía el sueño típico de forjar una carrera en el fútbol.
  • Después de que Roland Putsche jugara cuatro años en la Bundesliga austriaca, halló un nuevo reto: trabajar como entrenador con una ONG para el desarrollo del fútbol sudafricano, llamada Young Bafana. 
  • En 2016, el centrocampista se incorporó al equipo de la Premier Soccer League, Ciudad del Cabo, y ganó dos copas en cuatro años.
  • Actualmente, el jugador de 30 años dirige dos gimnasios y juega al fútbol a nivel aficionado.

Comencé en una academia de Klagenfurt. Llegué hasta la reserva del equipo aficionado, antes de hacer mi primera aparición profesional para el primer equipo. Poco tiempo después, avancé hasta el equipo de segunda división, Wolfsberger AC. Tras dos temporadas, fuimos ascendidos, y allí pasé otros cuatro años.

Pero habiendo sido profesional durante seis o siete años, necesitaba un cambio. Me parecía que estaba acomodado en mi zona de confort. Te acostumbras a todas esas cosas, hasta el punto en que dejas de apreciarlas. Juegas contra los mismos diez equipos durante cuatro años seguidos; las instalaciones de entrenamiento son siempre las mismas; al mismo tiempo, otros asuntos ajenos al fútbol también ocupan tu atención. Por lo tanto, sentí que ya no estaba avanzando, que me estaba estancando a nivel personal.

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Roland Putsche jugando con el Wolfsberger AC contra el Borussia Dortmund en 2015

Pasé unas vacaciones en Sudáfrica, y conocí el trabajo de Young Bafana: quedé admirado por su labor. Se trataba de retribuir y de hacer algo más que ser simplemente un atleta profesional. Por lo tanto, cuando decidí que quería hacer algo diferente, pensé que podía ir a trabajar con ellos. En aquel momento, tenía una oferta de un equipo en la segunda Bundesliga alemana, pero las cosas finalmente quedaron en nada. Después recibí otra oferta, pero como tenía cierto tiempo antes de registrarme para la pretemporada, decidí ir a Sudáfrica y ver si prefería trabajar con Young Bafana. Me dije a mí mismo que, si no me gustaba la experiencia, siempre podía volver a Europa y fichar con algún club.

En ocasiones, la vida simplemente lanza algo en tu camino. Hablé mucho con los chicos más jóvenes, y asumieron mi consejo porque sabían que soy futbolista profesional. Aquello me encantó, y recibí tanta honestidad de aquellos niños. Me esforcé por darles un buen entrenamiento, no solo en el fútbol, sino también en la vida. Les ayudé a seguir sus sueños, a ser buenos en la escuela. Quería mostrarles la razón por la que todo ello es importante. Vengo de un país donde disfrutamos de un buen sistema social, y donde todo ocupa su lugar. Es más fácil para nosotros alcanzar un buen nivel de vida, pero para estos niños era más difícil.

Los niños también me dieron mucho a cambio. Les veía jugar, y lo pasaban bien jugando. A veces, como profesional, lo ves de un modo diferente. Te dices a ti mismo: ‘Recibo mi dinero y juego este partido, voy a entrenar.’ Pero dejas de apreciar lo que tienes. Cuando vi a estos niños, comprendí que los problemas que yo estaba afrontando no eran tan serios, comparados con la realidad que ellos afrontaban. De alguna forma, me hicieron poner los pies de nuevo sobre la tierra. A través de ellos, comprendí que todavía disfrutaba del juego. Volví a enamorarme del fútbol. Acudí a pruebas en Ciudad del Cabo. Había un club razonablemente nuevo, y encajaba a la perfección en mis planes. Era exactamente lo que estaba buscando. Creo que vieron algo en mí, como jugador y como persona. Eso fue importante para mí. 

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Roland Putsche como jugador del Capetown City FC en 2019

Estuve con el Ciudad del Cabo durante cuatro temporadas. Pero, con el Covid, me di cuenta de que también quería pasar más tiempo con mi familia, en Austria, así que regresé. Por lo que al fútbol se refiere, debía haber vuelto a Europa algo antes, aunque no me lamento por ello. Consideré profundamente cada paso que di. Ciudad del Cabo es mi segunda casa, y todavía tengo muchos amigos allí.

El hecho de haber jugado y trabajado en Sudáfrica me cambió mucho. Sinceramente, creo que ahora soy otra persona. Estar allí verdaderamente me cambió; en cierta manera, me abrió los ojos. Me dio una nueva motivación y nuevas aspiraciones. Creo que es muy importante retribuir. Como futbolista, eres un modelo de conducta. Pero no puedes distanciarte de tu comunidad. Estas comunidades son las que te apoyan; por lo tanto, también hay que tratar de retribuirlas de algún modo.

Asimismo, los futbolistas deben comprender que solo los principales jugadores van a ganar suficiente para mantenerse el resto de su vida. Los demás deben hacer algo, no pueden permitirse jugar y no hacer nada más. Algunos futbolistas no quieren pensar en esas cosas. Son los futbolistas a quienes el final de sus carreras les pillará por sorpresa, porque nunca avanzan más allá. Quedaron estancados en su desarrollo personal, porque no hicieron algo al margen y no pensaron en estudiar ni en hacer cualquier otra cosa. En mi opinión, no basta con jugar al fútbol.