Jean Fridolin 01 2500

Jean Fridolin Nganbe: “Los futbolistas extranjeros necesitan mayor protección en Finlandia”

Historias de futbolistas

Comparte esta cita

Cerrar
Jean Fridolin 01 2500
Dejé mi país siendo todavía muy joven, y crecí en Francia y Alemania, donde tengo familia.
  • Jean Fridolin Nganbe, nacido en Camerún, ha pasado 10 temporadas en Finlandia, se ha casado con una finlandesa, y es ahora ciudadano finlandés.  
  • Poseedor de una licencia en la UEFA B, fue jugador y entrenador adjunto del Ilves-Kissat la temporada pasada. 
  • Jean (de 33 años) representa al Sindicato finlandés de futbolistas profesionales (Jalkapallon Pelaajayhdistys ry). 

Me trasladé a Finlandia en 2010, cuando firmé mi primer contrato profesional. Luché mucho con el sistema y, después de algunos años, decidí que necesitaba ayudar a otros jugadores extranjeros para hallar su camino en la sociedad finlandesa con cuestiones como los tributos, el clima y la integración.  

“Ahora formo parte de esta sociedad, aunque no fue fácil. Existe mucho distanciamiento social, por lo que después del entrenamiento solía estar solo. Existe poca interacción entre los jugadores. Únicamente durante esas dos horas de entrenamiento y durante los partidos; a continuación, cada uno se va por su cuenta.  

“Como africano, no estoy acostumbrado a eso. Para nosotros, es muy importante socializar con otras personas, ayudarnos entre nosotros y compartir. Como representante del sindicato de futbolistas, intento informar a los jugadores y ayudarles con sus problemas. Intento que los clubes comprendan que si un jugador se siente bien fuera del campo de juego, podrá dar lo mejor de sí en el mismo.  

Jean Fridolin 04 1100

“Jugué durante una breve temporada en Polonia y allí sufrí en mi persona el racismo del fútbol. No pasó lo mismo en Finlandia, pero lo afronto cuando camino por la ciudad con mi mujer finlandesa: la gente suele hacer algún comentario. Tenemos que afrontar esa situación cada día. Forma parte de la vida. No debería ser así, pero lo es por el momento.  

“El mayor problema para los extranjeros es que no se les aplica el mismo rasero: si un jugador local comete un error, dicen que eso es parte del juego, pero cuando un jugador extranjero comete el mismo error, entonces se asume de forma inmediata que debe haber algún tipo de arreglo de partidos de por medio, y que en consecuencia los clubes se librarán de esos jugadores. No se da crédito a los futbolistas extranjeros. Debe haber una cultura futbolística que permita cometer errores, aunque esa cultura no existe en Finlandia.  

“Por el momento, realizo este trabajo a través del sindicato de futbolistas, pero cuando me gradúe (cursa su Licenciatura en Administración de empresas) espero establecer una organización que trabaje con el sindicato. Una organización que ayude a los jugadores extranjeros a integrarse en Finlandia.  

“Por otra parte, el fútbol finlandés carece de recursos económicos. Por consiguiente, los jugadores llegan a Finlandia pensando que es el lugar idóneo para jugar al fútbol, pero me temo que no es así. Para vivir y trabajar, sí: Finlandia es un gran país, aunque no para jugar al fútbol. Pero los jugadores llegan con sus sueños sobre cómo evolucionar, cómo ganar dinero, inspirándose en Zidane, Messi y todos esos futbolistas de renombre. La realidad es muy diferente: aquí te ofrecen 800 euros, y después te facilitan un apartamento que cuesta 500 euros, y el club dice que estás ganando 1.300, que es el salario mínimo. 

Jean Fridolin 03 1100

“La duración de una carrera futbolística es más o menos de 10 años. Tenemos que ayudar a los jugadores, no solo a ganar más dinero, sino también a planificar lo que vendrá a la finalización de su carrera. Los clubes no ayudan a ese respecto. En ocasiones, los salarios no se pagan durante meses. Así me ocurrió a mí. Cuando me dirigí a los directivos del club y solicité el pago de mi salario, me dijeron que si seguía exigiendo, me enviarían de vuelta a Camerún.  

"Ese tipo de situación propicia que los delincuentes realicen propuestas de arreglo de partidos a los futbolistas. Los jugadores consideran que si ganan 1.000 euros, y en un arreglo les ofrecen 10.000 euros por un partido, podrían decir: ‘Voy a pensármelo.’ No todos los jugadores dirán ‘no’ a la primera. Los clubes también deberían hacer más para ayudar a los jugadores, de modo que no tengan que sucumbir a esa tentación.  

“Se ejerce mucha presión sobre los jugadores. Los futbolistas sueñan con llegar a poder vivir del fútbol, y sus familias se endeudan para poder enviar a sus hijos a Finlandia con tal de perseguir ese sueño. Pero cuando llegan aquí se dan de bruces con la realidad. Y entonces reciben la presión de complacer a la familia que dejaron atrás en sus países de origen. Es fácil que se conviertan en objetivo de las redes delictivas, así que siento lástima por ellos.  

“Crecí en una sociedad donde tu reputación, tu nombre o el nombre de tu familia pueden destruirse por un solo error. Para mí, todo se reduce a una cuestión de respeto, y hay que respetar tu medio de vida. No puedes destruirlo todo por un error. Eso forma parte de mi proyecto: informar a los futbolistas acerca de esas cosas. Siempre pongo mi propio ejemplo; llegué aquí con grandes aspiraciones, pero terminé estudiando porque en el fútbol finlandés hay poco dinero. Acabé casándome, y formando parte de la sociedad finlandesa.”