
- El sindicato colombiano de jugadores acuerda con la Federación Colombiana de Fútbol y la Liga Dimayor mejoras en las condiciones laborales
- El éxito cristaliza demandas de larga data en materia de salud, carga de trabajo y contratos
- “Es una negociación totalmente atípica para el sistema colombiano, no solamente para el fútbol”, asegura Carlos González Puche, director ejecutivo de ACOLFUTPRO
Tras varios meses de negociaciones, el sindicato de jugadores ACOLFUTPRO oficializó el acuerdo alcanzado con la Federación Colombiana de Fútbol y la Dimayor que beneficia directamente las condiciones de trabajo de los y las futbolistas profesionales en Colombia.
El éxito cristaliza demandas de larga data del sindicato colombiano, que ha contado con la mediación en la mesa de discusión del Ministerio de Trabajo de Colombia, comprometido a que las peticiones de ACOLFUTPRO para mejorar la situación laboral en el fútbol sean escuchadas por la FCF y la Dimayor.
“Ha sido un proceso del que estamos muy orgullosos”, le asegura a FIFPRO Carlos González Puche, director ejecutivo de ACOLFUTPRO.
“Sin dudas para poder hacerlo hemos contado con el concurso del gobierno y una actitud diferente, mucho más amable, de los directivos de la liga y de la federación, también de los representantes de los clubes, que están sentados en la mesa. Hemos podido avanzar y concertar temas en beneficio de los futbolistas”.
El contexto del país suma a las dificultades superadas para lograr los resultados esperados: Colombia tiene sindicalizada a solo un millón y medio de personas sobre una población activa de 40 millones.
“Aquí no hay consciencia sindical. Colombia fue el país del mundo donde el 80 por ciento de los sindicalistas fueron asesinados”, recuerda González Puche.
Avances para la salud y la carga de trabajo de los futbolistas
En las deliberaciones entre las tres partes, se pusieron sobre la mesa temas importantes para la salud y la carga de trabajo sufrida por los futbolistas. Finalmente se acordaron cambios en la programación de las competiciones masculinas, los periodos de descanso y la programación de los partidos.

En 2025 la fecha límite para la finalización del campeonato de liga será el 14 de diciembre. En 2024 la Liga Dimayor finalizó el 22 de diciembre, lo que significa que los futbolistas tendrán al menos ocho días más de descanso postorneo.
“También logramos que no se pueda jugar en horarios que afecten a la salud”, revela González Puche. Colombia tiene ciudades como Barranquilla en las que puede haber una combinación de altas temperaturas y humedad elevada, lo que conlleva un peligro añadido a la salud de los jugadores dependiendo del horario de inicio del partido.
Además, la Dimayor y la FCF se comprometieron a recomendar a los clubes la importancia de otorgar a los futbolistas el día de descanso semanal remunerado.
Más partidos y mejores contratos en la Liga Femenina
Otro de los temas principales de discusión fue la mejora de las condiciones de las futbolistas con respecto a ediciones anteriores de la Liga Femenina.
Desde 2025, los equipos participantes pasan a ser 16 en lugar de 15 como el año pasado y el sistema de campeonato acordado lleva la competición a jugarse desde el 21 de febrero hasta el 7 de septiembre, lo que eleva el número de partidos disputados a 158. “Es un 30 por ciento más de lo que existía”, apunta el director ejecutivo de ACOLFUTPRO.
Más allá de la mejora competitiva que representa el nuevo formato, es muy importante el impacto que va a generar en los contratos de las jugadoras: “Serán de ocho meses de duración cuando eran de cuatro meses. Es el doble de tiempo de duración de contrato con respecto al año pasado”, resalta González Puche.
Además, se acordó que no se programarán partidos de la Liga Femenina cuando haya fecha FIFA o Copa América, exceptuando la primera fecha FIFA, a jugarse en febrero.
González Puche lamentó no haber logrado “que la cantidad de contratos por club sea de más de 15” pero en el balance se muestra conforme: “Creo que se ganó un buen espacio para la Liga Femenina”.

El papel clave de la OIT y de FIFPRO
Un impedimento importante que tenía ACOLFUTPRO para conseguir ser escuchados fue la ley laboral colombiana, “una ley que es obsoleta” en la palabra de González Puche. En ella no está regulada la negociación por sector económico. Los empleadores directos de los jugadores son los clubes, con los que habría que negociar según la ley, pero la FCF y la Dimayor imponen las condiciones de trabajo.
Al verse en un embudo y con las puertas cerradas para cualquier negociación, el sindicato decidió en diciembre de 2021 hacer una denuncia ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para obligar a que se inicien las negociaciones.
“Lo que hicimos fue utilizar los instrumentos que están disponibles con la OIT, los convenios 87, 98 y 154: derecho a actuación, derecho de negociación colectiva y derecho de que un sindicato pueda negociar con uno o varios empleadores”.
“Ha sido un proceso a través del cual el estado ha operado como mediador de los intereses. Es una negociación totalmente atípica para el sistema colombiano, no solamente para el fútbol. No hay ningún antecedente de negociación por sector económico en Colombia”.
En el proceso FIFPRO participó activamente con representantes en Colombia dialogando con los actores principales y luego apoyando la presentación ante la OIT, un patrocinio durante estos años con el que González Puche se mostró muy agradecido.
“Ha sido un proceso del que estamos muy orgullosos. Sin dudas para poder hacerlo hemos contado con el concurso del gobierno y una actitud diferente, mucho más amable, de los directivos de la liga y de la federación.”
— por Carlos González Puche

Nuevas reuniones durante febrero
González Puche calificó los acuerdos como “parciales” porque el pliego de peticiones que presentó en su día ACOLFUTPRO contiene más demandas como, entre otras, el estatuto del jugador, el código disciplinario, la libertad de trabajo y las sanciones económicas desproporcionadas a los futbolistas.
Durante febrero habrá cuatro reuniones más para intentar acordar sobre los puntos en los que no se ha llegado todavía al apretón de manos.
“Soy optimista. Se rompió la roca, se rompió el impedimento de sentarse a negociar. Se ha generado un ambiente, hay un reconocimiento implícito hacia nosotros no solamente con los documentos que se suscriben sino con los actos. Ya no somos parias, la mayoría de los presidentes ya no quieren enfrentamientos”.