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Victor Ashinga quiso saltar, pero decidió hablar

Salud mental Historias de futbolistas

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  • Victor Ashinga irrumpió en la primera división keniata a los 17 años, pero el centrocampista ha sufrido diversaslesiones y otros problemas.
  • Ashinga, responsable de Reclutamiento y Bienestar del sindicato keniata de futbolistas (KEFWA), ha regresado al fútbol profesional tras una prolongada baja por lesión con el FC Talanta.
  • En esta sincera entrevista con FIFPRO, el futbolista de 28 años habla abiertamente acerca de su lucha con los trastornos de salud mental y pensamientos suicidas que le afectaron durante su tercera temporada en el máximo nivel.

“Jugaba para el Nairobi City Stars, pero el equipo no era económicamente estable. Había finalizado mi educación secundaria, por lo que jugar al fútbol era un empleo a tiempo completo. Al mismo tiempo, me había inscrito para estudiar ciencia deportiva en la Universidad Kenyatta. Puede equilibrar ambos aspectos: la formación y el fútbol. En aquel momento también recibía cierto apoyo de mis padres.

“Había dejado la casa de mis padres y vivía con otro futbolista. La inestabilidad económica del club generó problemas. En un momento dado, supuestamente tenía que obtener el dinero para ir a la Universidad después del entrenamiento, y no fue así. Al mismo tiempo, tenía que llevar algo para mantenernos y pagar las facturas. Había que pagar el alquiler, pero no se nos pagaba con regularidad.

“Como futbolista, siempre hay mujeres a tu alrededor, y a una de ellas la dejé embarazada (digamos que no desafortunadamente, sino afortunadamente). En aquel entonces ella todavía vivía con sus padres, pero estos la echaron de casa cuando les comunicó su embarazo. Me dijo que la habían echado y que tenía que venirse a vivir conmigo.

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“En aquel momento, tenía demasiados frentes abiertos. Durante meses el club no nos pagó, y ella había venido a vivir con mi compañero y yo. Le pregunté a mi compañero de equipo si le importaría dejarme cierto espacio para arreglar los problemas, dejándonos la casa libre y volviendo una vez que el bebé hubiera nacido. Dijo que estaría dispuesto a hacerlo, pero entonces yo tendría que pagar todos los gastos. Ese fue un grave problema, pues estuvimos sin cobrar durante meses, pero también se esperaba que yo pagase las facturas, rindiera al máximo sobre el campo de juego y preparara los exámenes en la universidad.

“Todo ello me sobrepasó.

“Acudí a un médico y le pregunté acerca del aborto. Quería saber todo acerca del procedimiento, el coste y las implicaciones. Quería asegurarme, si exponía esa posibilidad a la chica, de que tenía toda la información. Le expliqué que no nos llegaba para mantenernos, y que además no conectábamos demasiado bien. Al mismo tiempo, el entrenador me decía que mi rendimiento era insuficiente y que estaba pensando rescindir mi contrato. Le supliqué que me dejara tiempo para resolver mis problemas.

“Hablar claro, resuelve la mitad del problema”

“Después fui a ver a un compañero de equipo y le conté mi situación, pero no me fue de ayuda. Se limitó a decirme que echara a la chica de casa. Él vivía en un cuarto piso, y recuerdo salir al balcón y mirar abajo. Me vino el pensamiento de que debía saltar y olvidar todos los problemas que estaba afrontando. Tuve muchos pensamientos suicidas. Pero ese mismo día me dije a mí mismo que ya era suficiente. Decidíhablar claro y, al día siguiente, fui a casa a exponer mis problemas a mis padres. Fueron tan receptivos que comprendí que debía haberlo hecho mucho antes, pero estaba muy alterado. Me dijeron que recibirían a la chica, y que debía invitarla a visitarles.

“También me sinceré con el entrenador; le expliqué por lo que estaba pasando, y que tenía demasiada presión. El entrenador fue muy positivo, y me dio muy buenos consejos. Habló también a los demás futbolistas y les dijo que teníamos que cuidar unos de otros. A partir de entonces, pude concentrarme. La chica dio a luz a una hermosa niña. Ya no estamos juntos, pero mi hija, Junnel, tiene siete años y vive conmigo.

“Animaría a todos los jugadores que afronten problemas similares –o de otro tipo- a aceptar que estas cosas pasan, y luego a hablar sobre ello. Hablar claro, resuelve la mitad del problema. Los futbolistas no están dispuestos a hablar, debido a la estigmatización. En Kenia tenemos un dicho swahili: ‘‘Mwanaume ni kukaa ngumu,’’ que significa algo así como que los hombres deben ser fuertes, no importa en quésituación. Pero los hombres también pueden ser fuertes al comunicar sus problemas: eso requiere fortaleza.”