El sindicato griego de jugadores PSAPP estrena el lunes 18 de septiembre un documental de tres episodios sobre los futbolistas profesionales de la segunda división del país, la Superliga 2. Giannis Andreou, defensa central de 25 años del Tilikratis Lefkada, explica por qué el sindicato ha producido esta película.
Por Giannis Andreou
Hemos creado este documental para cambiar la situación en la que nos encontramos en la actualidad. La gente tiene que entender las dificultades a las que nos enfrentamos en nuestra carrera.
He perdido mucho dinero y no soy el único. Cientos de futbolistas han perdido dinero. Y cientos pierden dinero cada año. He perdido dinero con tres equipos. Un equipo me debía cinco el salario de cinco meses, otro equipo uno, y un tercer equipo aún me debe dos meses de salario.
Tiene que saber que nosotros, los jugadores de segunda división, no ganamos los grandes sueldos que cobran los jugadores de la Superliga 1. Tenemos contratos pequeños.
Cuando era joven firmé un contrato de tres años con el Panathinaikos, uno de los tres grandes clubes de nuestro país. Pensaba que llegaría a ser jugador de primera división y que jugaría en Europa. Después de dos años, me fui a un club de segunda división porque quería jugar más. Alguien me advirtió: "No te vayas a segunda división, porque te quedarás allí el resto de tu carrera. Ningún jugador se va. Vete a otro equipo".
Pensé que lo lograría y que volvería a primera división al cabo de un año, pero eso nunca ocurrió. Ahora acabo de fichar por el Tilikratis Lefkada.
Muchos futbolistas de la Superliga 2 no tienen dinero suficiente para vivir. A algunos les echan de casa porque no pueden pagar el alquiler, otros no tienen dinero para comer. Cuando no tenemos dinero, hablamos con nuestros compañeros o la familia e intentamos pedir prestado.
Nuestra liga tiene muchos más problemas: las condiciones de trabajo son malas, no hay buenos campos de entrenamiento ni centros de formación, no hay comida y algunos clubes ni siquiera tienen agua para beber durante los partidos y entrenamientos. Apenas hay médicos y fisioterapeutas, algunos jugadores tienen que dar masajes a sus compañeros.
No hay nada. Es de aficionados. Solo es profesional sobre el papel.
Cuando el documentalista me preguntó qué título le pondría a la liga si fuera una película, le contesté: caos. ¡Todo es un caos!
Cuando era más joven, uno de mis exclubes me alojó en un hotel porque no tenían dinero para una casa. Pero no pagaron las facturas y me echaron a la calle. Tuve que trasladarme a otro hotel, donde me volvieron a echar al cabo de un tiempo, y de ahí fui a otro hotel.
Cuando jugaba en un club de la isla de Creta tuvimos un partido fuera: en Kerkyra, Corfú, una isla del noroeste de nuestro país. Se tarda en llegar dos o tres horas en avión pero nuestro viaje duró 22 horas. Primero tomamos un barco a Atenas, luego fuimos en autobús a Igoumenitsa y después otro barco a Kerkyra. Y el club no nos dio comida, tuvimos que comprarla nosotros mismos.
Hace tiempo tuve un compañero que después de entrenar por la mañana se iba a una peluquería a trabajar de peluquero. Tenía muchos compañeros con un segundo trabajo. Si tienes mujer y dos o tres hijos y tu equipo no te paga, tienes que buscarte otro trabajo para salir adelante.
Somos románticos, nos encanta el fútbol. Pero también tenemos que vivir del fútbol. Mi madre trabaja en una oficina para ganar dinero, yo juego al fútbol para ganar dinero.
Una vez me planteé dejar de jugar. Tenía 20 años y llevaba seis meses sin cobrar mi sueldo. No podía seguir así, así que empecé a estudiar. Obtuve mi licenciatura y dos másteres y, al mismo tiempo, también inicié un proceso contra mi club para conseguir que me pagaran los salarios atrasados.
Mi familia siempre me dijo que persiguiera mis sueños pero también que estudiara. “Si no puedes triunfar como jugador, siempre te quedará tu carrera académica.”
Muchos buenos futbolistas renunciaron. La tercera y cuarta división son ligas de aficionados, pero hay muchos jugadores de calidad. A los 23 o 24 años decidían que no podían seguir en la segunda liga y buscaban otra carrera para obtener ingresos.
El principal problema es que la liga está mal gestionada. La Superliga 2 tiene dos divisiones: norte y sur. Cada una cuenta con 13 equipos pero sólo dos o tres están bien gestionados, además de los segundos equipos del AEK, Olympiakos, Panathinaikos y PAOK. Los otros 16 equipos tienen problemas. Cada equipo tiene 25 jugadores así que puede imaginar cuántos tienen problemas. Y también deberíamos incluir a los miembros del personal técnico porque los entrenadores sufren problemas similares.
Pondré otro ejemplo: todos los años la liga dice que empieza a mediados de septiembre, pero siempre empieza a finales de octubre o principios de noviembre. La temporada pasada comenzó el 4 de noviembre. Es terrible porque hay clubes que no pagan a sus futbolistas hasta que empieza el campeonato.
A veces pienso que solo nuestro sindicato de jugadores, el PSAPP, se preocupa realmente por la segunda división. Pero cuando hablamos de problemas nos convertimos en los malos. Sin embargo, si el PSAPP, el gobierno, la federación y la liga se sentaran en la misma mesa y hablaran seriamente, se podrían llegar a encontrar buenas soluciones.
Estoy convencido de que el documental nos ayudará. Después de que el PSAPP publicara el tráiler hace tres semanas, mucha gente me envió mensajes diciendo: felicitaciones, muy buen trabajo. Antes mucha gente no me creía cuando les contaba mi vida como futbolista de segunda división. Pero ahora me creen.
