Estos principios han sido desarrollados paralelamente, y dados a conocer a las partes interesadas del fútbol que integran el Grupo de trabajo para el Calendario de partidos de la FIFA. Las directrices forman parte de los esfuerzos actuales de ECA y FIFPRO para trabajar colectivamente con todas las partes interesadas y contribuir a gestionar el impacto del COVID-19 sobre la industria del fútbol; en particular, sobre los futbolistas profesionales, clubes, ligas y federaciones.
La actual pandemia de COVID-19 ha generado retos excepcionales a nivel sanitario y económico en el fútbol profesional, que repercutirán en nuestro deporte durante los próximos años. Parte de ese impacto es un programa sumamente condensado de partidos y competiciones: situación que se mantendrá hasta que finalice la temporada 2022/2023. Es probable que la presión sobre el calendario de partidos continúe intensificándose durante esta pandemia, aumentando los riesgos de lesión y de posible infección para los jugadores, especialmente para quienes disputan competiciones internacionales.
Para el fútbol profesional, como para cualquier industria y sector de nuestra sociedad, el impacto del COVID-19 ha reforzado la necesidad de cooperación internacional, diálogo constructivo y soluciones consensuadas entre las partes interesadas. Esta colaboración es necesaria para garantizar la organización y la planificación de las competiciones futbolísticas.
La necesidad de identificar soluciones equilibradas en interés del juego debe dar prioridad al cuidado de la salud y el rendimiento del jugador. Al mismo tiempo los clubes, que soportan el riesgo de las importantes inversiones realizadas en sus equipos e infraestructura, deben recibir protección ante el riesgo de tener que prescindir de sus jugadores en sus principales actividades.
Las directrices proponen un marco inicial de medidas de protección para limitar el riesgo innecesario de infecciones, reducir la cifra creciente de lesiones, y establecer las bases para la futura programación de partidos. Se han desarrollado en relación a las responsabilidades compartidas como empleadores y empleados en el fútbol profesional. Las directrices se sitúan a un nivel comparable al de los protocolos internacionales de retorno al juego y otros acuerdos relativos al descanso y la recuperación de los futbolistas.