Elin Landström es una lateral izquierda sueca. Campeona de la Serie A con la Roma en 2023, Landström también es abogada y trabaja para el sindicato sueco de jugadores Spelarföreningen como responsable legal de futbolistas y miembro de la junta directiva. A sus 31 años, habla sobre el nuevo convenio colectivo (CCT) que Spelarföreningen acordó a finales de 2023.
Por Elin Landström
Fue un proceso largo. El viejo convenio colectivo (CCT) de Suecia estuvo vigente oficialmente hasta 2013, pero seguimos trabajando con él. En 2019 iniciamos las negociaciones con la liga y nuestro objetivo era mejorarlo.
Sin embargo, en diciembre de 2022 la liga canceló el antiguo convenio, lo que significaba que tendríamos que jugar sin CCT hasta que se acordara uno nuevo. Por suerte, los clubes arreglaron el seguro de las jugadoras antes de que empezara la temporada 2023 en marzo.
La liga también nos informó de que la alianza de empresarios negociaría en su nombre, lo que causó graves problemas, ya que la alianza sólo quería negociar con Unionen, uno de nuestros sindicatos nacionales en Suecia, en lugar de con nosotros. Por supuesto, nosotros, las futbolistas, no lo aceptamos. Para nosotras siempre ha estado claro que Spelarföreningen es la única organización que representa a las futbolistas. Ninguna de las jugadoras era miembro de Unionen, mientras que Spelarföreningen también tenía todos los conocimientos sobre el fútbol femenino.
Se convirtió en un gran problema, lo cual era triste, ya que había muchos asuntos más importantes que abordar. El aspecto positivo fue que todas las jugadoras se mantuvieron unidas, sobre todo cuando la liga empezó a hablar mal del sindicato. Antes de los partidos, las jugadoras de ambos equipos se reunían en el círculo central y se quedaban quietas juntas en señal de protesta cuando el árbitro daba comienzo al encuentro. Y la selección nacional creó un vídeo diciendo que el Spelarföreningen es el único representante.
Al final, llegamos a un acuerdo con Unionen. No podían hacer nada sin nosotros: estaríamos presentes durante las negociaciones y solo podían firmar el convenio después de que lo aprobáramos. La patronal aceptó porque estaba muy presionada.
Según la legislación sueca, el convenio colectivo debe renovarse en el plazo de un año. Si no se renueva, se aplica automáticamente la legislación laboral, lo que significa que las futbolistas tendrían un contrato indefinido y podrían rescindirlo con un mes de preaviso, igual que los trabajadores normales. Como ya habían pasado 10 meses sin un convenio colectivo, la liga estaba presionando mucho para llegar a un acuerdo.
El principal objetivo de nuestra lista era la garantía de que las jugadoras recibirían el 90% de su salario en caso de enfermedad o lesión. Como futbolista necesito tener la seguridad de que mantendré mi nivel económico aunque esté lesionada. Si no, puedo tener miedo a lesionarme; puedo no ser capaz de comprometerme al cien por cien con un reto porque, si me lesiono, puede que no me paguen el mes siguiente, lo cual es ridículo. Y si no puedes comprometerte al 100% con un reto, entonces no te desarrollarás como jugadora y no te desarrollarás como equipo.
En Suecia, los trabajadores normales cobran su salario íntegro cuando se lesionan o enferman durante el trabajo; nuestro sistema de seguridad social y los seguros se encargan de ello. Pero la compañía de seguros, propiedad de las organizaciones de empresarios y trabajadores, considera que nuestro trabajo es de alto riesgo de sufrir lesiones y no nos ofrece las mismas condiciones ni la misma seguridad. Los clubes querían suprimir este acuerdo del 90%.
No todas las jugadoras son profesionales y algunas tienen un segundo trabajo. Si se lesionan, no pueden jugar al fútbol. Pero según nuestro sistema de seguridad social, pueden seguir haciendo su trabajo de oficina y, por tanto, no cobrarían el salario del fútbol. El club tiene que cubrirlo en su lugar.
Al principio los clubes no querían pero seguimos teniendo la garantía. Fue una gran victoria pero también era el mínimo que queríamos: no queríamos tener peores condiciones que hace 10 años.
El nuevo convenio es mucho mejor. Una de las mejoras es que hemos incluido una política de paternidad. Estamos utilizando las normas de maternidad creadas por la FIFA y la FIFPRO, y hemos añadido disposiciones específicas para Suecia sobre la baja por embarazo, la remuneración, los horarios de entrenamiento individuales y el cuidado de los niños. Por ejemplo, las jugadoras seguirán percibiendo el 100% de su salario después de que el médico determine que es demasiado peligroso jugar.
Desde que la FIFA introdujo la normativa sobre maternidad, he notado un cambio: cada vez hay más jugadoras que son madres. Sé de al menos cinco y probablemente me olvido de otras. Hace diez años, la situación era totalmente distinta. Las jugadoras dejaban su carrera para fundar una familia. Ahora se ven buenos ejemplos de jugadoras que se recuperan después del embarazo e incluso son mejores jugadoras que antes. Supone una gran diferencia darse cuenta de que no es un problema quedarse embarazada.
Normas sobre maternidad para las futbolistas profesionales
También hemos conseguido un mejor régimen de pensiones con unos costos más bajos. Y algo que también me parece importante es que los jugadores que son representantes sindicales de su equipo tienen derecho a disponer de días libres para asistir a una asamblea general o a otras reuniones sindicales importantes. Es primordial que la liga reconozca que los futbolistas necesitan conocer sus derechos.
Con este acuerdo, y sobre todo con el proceso, hemos demostrado a los jugadores lo que estamos haciendo. Han apreciado nuestro trabajo. Nuestras conexiones con muchos de ellos son mejores que antes y hemos aumentado nuestro número de afiliados.
Puede que sobre el papel no parezca que hayamos conseguido mucho, pero como organización hemos ganado mucho. Este nuevo convenio es sólo el principio.
