Norris Angel Mwamba es un futbolista profesional de Zambia. Ha compartido su experiencia con FIFPRO como parte de una campaña de concientización sobre falsos agentes.
Por Norris Angel Mwamba
En 2021 contactó conmigo a través de Facebook un agente que dijo llamarse Robertson. Se presentó diciendo que era un agente suizo de la FIFA, que se encargaba de buscar futbolistas en África. Que había visto mi curriculum y quería llevarme a un club suizo, el FC Winterthur, que jugaba en la categoría superior de su liga. Que estaban interesados en ficharme.
Hablamos por teléfono y mencionó que había estado observándome. Le pregunté cómo, porque los partidos de Zambia no se transmiten en otros países. Me dijo que había visto algunos de los videos que yo había publicado en YouTube y Facebook, con imágenes mías jugando un torneo en Dinamarca, donde fui elegido el mejor jugador. Le hablé de los torneos que había jugado con el equipo de nuestra academia en Dinamarca, Francia e Irlanda del Norte, que habíamos ganado.
Quería que le enviase una copia de mi pasaporte para gestionar el viaje a Suiza, pero primero tenía que renovarlo porque estaba caducado. Me dijo que lo hiciera lo antes posible. También me pidió que contactara con otros futbolistas y pensé en avisar a algunos de mis amigos de mi equipo.
La primera conversación que mantuvimos fue correcta, pero las siguientes conversaciones fueron raras: según él, tenía que pagar un dinero para hacer determinadas gestiones, como solicitar un visado, porque él tendría que viajar a otro país para gestionarlo. Le dije que yo podía hacerlo en Zambia porque en mi país hay embajada suiza. Los vuelos que había buscado salían desde Zimbabue, a pesar de que en Zambia también tenemos aeropuerto.
Me pidió que le pagara 3.000 USD para encargarse de mi visado y mis billetes. En principio, me iban a entregar el pasaporte nuevo un viernes, pero yo no podía recogerlo hasta el día siguiente. El viernes le llamé para contárselo y dijo que el día siguiente era el último en que podía mandar el pasaporte. Me presionó diciendo que iba a elegir a otro futbolista en mi lugar.
Yo quería estar seguro de que no me estaban estafando y comprobé online la información sobre el club. Le pregunté los nombres del director y el presidente del club, y los nombres que me dijo no eran los que aparecían en la página oficial del club. También comprobé el prefijo de país de su número de teléfono y descubrí que no estaba llamando desde Suiza, sino desde Senegal.
Comencé a sospechar que podía ser una estafa, que solo quería mi dinero. Así que no le pagué nada.
Fue una gran decepción. Tenía la esperanza de que pasaran cosas buenas. Me dejó sin confianza.
Lo llamé y me dijo: "Esta vez no han salido bien las cosas, pero sigues siendo mi jugador, te veo mucho potencial". Le contesté: "Muchas gracias, pero ya no confío en usted".
Robertson no fue el primer agente que se puso en contacto conmigo. En total han sido unos 11, y creo que solo cinco de ellos eran auténticos agentes. Han contactado conmigo desde varios países, de Italia a Israel.
En 2020 vino un agente de Italia a nuestro club y eligió a tres de nosotros para ir al Atalanta. El propietario de mi club quería que le pagásemos dinero. Nos dijo que no nos podíamos marchar si no le pagábamos.
Yo no tenía dinero en ese momento, así que no pude marcharme. Aunque no tenía contrato con mi club, el presidente tenía todos los contactos con los agentes. Si no hubiera sido por él, creo que podría haber jugado para algún club fuera de Zambia.
Todos los futbolistas sueñan con jugar fuera de África. Si juegas en Europa, puedes ayudar a tu familia. Aquí en Zambia no es realista pensar que si eres futbolista vas a poder beneficiar a tu familia. Muchos futbolistas han dejado de jugar por todas las dificultades que plantea. Prefieren trabajar que jugar al fútbol aquí.
Son muchos los que prometen ayudarte fuera de África, pero no vuelves a saber de ellos después de haberles pagado. Son todos iguales.
