Semir Bajraktarevic es un exfutbolista profesional de Bosnia y Herzegovina. Durante su última temporada en 2020/21, su club, el FK Olimpik, se disolvió dejándole a él y a otros jugadores con varios meses de salarios impagos. A través del Fondo de la FIFA para Futbolistas, creado por FIFPRO y la FIFA, Bajraktarevic y sus antiguos compañeros de equipo pudieron recibir gran parte del dinero adeudado.
Por Semir Bajraktarevic
Antes de informarles lo sucedido en el FK Olimpik, les contaré mis primeras experiencias con nuestro sindicato de jugadores en Bosnia y Herzegovina, el SPFBiH.
Tenía contrato con un club de Albania que llevaba tres meses sin pagarme el sueldo ni el alquiler de mi piso. Llamé al secretario general del sindicato, Tarik Trbic. Me facilitó un aviso de impago que debía entregar al club y me dijo que podía volver a casa al cabo de un par de días.
Inmediatamente después de enviar la carta de despido, el presidente del club me llamó, diciéndome que cobraría todo mi dinero si me quedaba. Dije que no y fuimos a la Cámara de Resolución de Disputas de la FIFA, donde ganamos mi caso.
La temporada siguiente, 2020/21, me incorporé al Olimpik, un modesto club de Primera División sin muchas expectativas, el tercer club de nuestra capital, Sarajevo. Éramos un equipo pequeño y no teníamos muchos aficionados: a veces contábamos con 1.000 espectadores o, cuando nos visitaban clubes más grandes, quizá 2.000 o 3.000.
Estábamos jugando un partido como visitantes y el árbitro estaba tomando decisiones muy extrañas en nuestra contra. En el descanso, el dueño me llamó -yo era el capitán durante ese partido- y nos dijo que no debíamos salir a terminar el partido.
Temíamos las consecuencias de hacerlo. Probablemente el club descendería y quebraría, y nosotros no cobraríamos todos los sueldos que nos debían.
El club tenía deudas con todos los jugadores. Muy a menudo sólo recibías un sueldo cada dos meses. Personalmente, podía soportarlo porque había jugado tres años en Israel y había ahorrado algo de dinero. Pero otros jugadores que llevaban más tiempo en el Olimpik sufrían las dificultades financieras del club.
Había jugadores con hijos que necesitaban pagar el alquiler. Uno de mis compañeros me dijo que el dueño de su apartamento quería desahuciarle a él, a su mujer y a sus dos hijos. Eran problemas grandes.
¿Cómo puedes jugar si no sabes qué va a pasar con tu casa? Algunos futbolistas tenían que pedir dinero prestado a sus familias. A veces, el director -que era amigo nuestro- los ayudaba pagando una pequeña parte de los sueldos pendientes cuando se daba cuenta de que los jugadores tenían problemas.
Así que terminamos ese partido pero el propietario decidió que no íbamos a jugar los dos partidos restantes de la temporada. No quería pagar más dinero y me dijo que quería que el club descendiera, para poder cerrarlo. Y eso fue exactamente lo que ocurrió.
Olimpik nos debía a los jugadores unos 150.000 dólares en total. A mí me debían tres sueldos. En promedio mis compañeros estuvieron seis meses sin cobrar.
El sindicato me dijo que nos ayudaría y me pidió que organizara una reunión con los jugadores. Así que fui con el presidente del sindicato, Aldin Didic, y con Tarik, y empezaron a hablar del Fondo de la FIFA para Futbolistas. Dijeron que podía ayudarnos a cobrar los salarios pendientes si el club desaparecía, como nos había ocurrido a nosotros. Los jugadores me miraron incrédulos y pensaron que Aldin, Tarik y yo estábamos bromeando, que ese fondo no existía.
Les dije: 'Confíen en el sindicato. Iremos a FIFPRO y a la FIFA e intentaremos conseguir el dinero'. Mis compañeros me hicieron caso. El sindicato dijo a todos los jugadores que compartieran con ellos sus contratos y les informaran de sus salarios atrasados. Aunque muchos compañeros tenían sus dudas, colaboraron. En un par de meses, el sindicato arregló todo el papeleo.
Esperamos casi dos años y medio, hasta que hace dos meses Tarik me envió un mensaje: había recibido confirmación de FIFPRO de que recibiríamos una parte sustancial del dinero que nos debían.
Informé a los jugadores y no lo podían creer. Pensaron que nunca recibiríamos el dinero, que estábamos jodidos. Pero les dije que este milagro estaba ocurriendo de verdad. Este Fondo para Futbolistas es lo mejor.
Es una gran victoria para nuestro sindicato. Años atrás la gente se rascaba la cabeza cuando empezó el SPFBiH: ¿cómo van a luchar contra todos esos poderosos presidentes de club? Pero nuestro sindicato ha demostrado que puede hacer un buen trabajo.
Han ganado muchos casos, incluido el nuestro. Los medios de comunicación informaron mucho sobre este éxito. Nuestro sindicato ha demostrado que puede resolver asuntos difíciles, incluso casos que nadie pensaba que pudieran resolverse. Ahora todo el mundo los toma en serio.
Y este fondo organizado por la FIFA y la FIFPRO es increíble. Es como si tuvieras un hermano mayor detrás que te protege.
