El éxito de la Liga de Campeones femenina en los últimos años ha sido evidente: convocatorias de más de 90.000 espectadores, ingresos récord y millones de visionados en streaming.

Pero mientras el crecimiento del fútbol femenino en Europa sigue acelerándose en las altas esferas, muchas futbolistas de las eliminatorias de la Liga de Campeones femenina siguen luchando por unas condiciones laborales básicas.

El año pasado, el club croata ZNK Osijek derrotó a las campeonas de Eslovaquia y la República de Irlanda antes de caer a manos del FC Twente holandés. A pesar de competir en la misma ronda con equipos de la talla del Real Madrid, la Roma y el Arsenal, a la postre campeón, las condiciones del Osijek no reflejaban las de un club de fútbol profesional.

"El sueldo no llega a 1.000 euros y la mayoría de las futbolistas trabajan en otros sitios -de camareras, limpiando cafeterías, entrenando a categorías inferiores- para sobrevivir al mes", explica una ex jugadora del Osijek que participó en la edición europea del año pasado.

"Cuando teníamos algún tipo de lesión grave, teníamos que cuidar de nosotras mismos, el club no tenía un fisio competente y no brindaba rehabilitación ni operación".

En otras palabras, aunque se espera que las jugadores cumplan las normas profesionales y se comporten como futbolistas profesionales, y bien podrían entrar en la definición de futbolista profesional del Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores de la FIFA, estas condiciones de trabajo por debajo de las normas no proporcionan a las jugadoras un entorno de trabajo profesional.

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Estadio Gradski Vrt, sede del ZNK Osijek croata

"El pago de la Liga de Campeones equivale a una bolsa de aleimentos"

Jugadoras veteranas que habían contribuido significativamente al dominio del Osijek en Croacia en los últimos años -una había ganado 14 títulos de campeona nacional en 15 años- plantearon dudas sobre la equidad con la que el club estaba distribuyendo los gastos de competición de la UEFA.

En la primera fase de la competición, en la que el Osijek tenía ventaja de campo para sus dos partidos de la primera ronda, contra el Spartak Myjava y el Peamount United, el club recibió 120.000 euros para todos los gastos de la competición. "Descubrimos que la organización para nuestros partidos y todos los gastos era aproximadamente la mitad de lo que recibíamos", denunció una ex futbolista.

La UEFA asignó entonces 140.000 euros para cubrir los gastos de viaje y alojamiento de su partido contra el FC Twente en Enschede (Holanda). Sin embargo, volvieron a surgir dudas sobre cómo distribuía el club esos fondos.

"Viajamos en autobús a Belgrado [NdeR: 176km], luego en un vuelo de Wizz Air a Dortmund, luego en autobús de Dortmund a Enschede [NdeR: 140 km]. El costo del hotel en Países Bajos fue de 8.100 euros y los billetes de ida y vuelta para las 28 personas a través de Wizz Air fueron de 13.000 euros, muy por debajo de los 140.000 euros reclamados".

Cuando el club les pagó 200 euros a cada una en concepto de Liga de Campeones, las jugadoras se dirigieron al presidente del club en busca de respuestas.

"Nadie juega al fútbol sólo por dinero; lo que tenemos en abundancia y de lo que estamos más orgullosos es de nuestras medallas y trofeos. Lo único que tenemos es nuestra dignidad y el suficiente amor propio para saber que nos estaban insultando".

"Construimos la historia del club, creamos una marca que nos enorgullece a todos, a toda la ciudad. Sin embargo, la contribución de las jugadoras al club, donde pasamos la mitad de nuestras vidas, se devaluó con primas equivalentes a una bolsa de alimentos".

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El ZNK Osijek se enfrentó al FC Twente en la fase de clasificación del año pasado

Las futbolistas, obligadas a buscar nuevos clubes

Tras una reunión infructuosa con el presidente del club, ocho jugadoras del Osijek con amplia experiencia en la selección nacional publicaron una carta abierta para aclarar la situación. Recibieron un apoyo abrumador del público croata y de sus compañeros jugadores en el país.

"Dimos alma, amor y vida por este club, creamos una marca ampliamente conocida, pero cuando tocamos el principal problema que tiene esta generación, fuimos atacadas y rechazadas por las personas de las que merecíamos más respeto, que son nuestro presidente y la dirección del club".

"Nos vimos obligadas a buscar otro club y dejamos el lugar donde creamos tantos recuerdos y éxitos históricos".

Mientras que la Federación Croata de Fútbol afirma que la liga es profesional, según el sindicato croata de jugadores HUNS, el 90 por ciento de las futbolistas tienen un segundo empleo, por lo que cuestionan este estatus profesional dadas las insuficientes condiciones que se ofrecen.

HUNS prestó apoyo a las ocho ex jugadoras del Osijek y les ayudó a encontrar nuevos clubes. "Nos ayudaron con su abogado y pronto fuimos jugadoras libres. Fueron nuestra fuente de información, orientación para futuros pasos y gente de confianza".

El sindicato mantiene su compromiso de mejorar las condiciones de las futbolistas en Croacia. "Es necesario mejorar y avanzar en los derechos y el estatus de las futbolistas [en Croacia], que desgraciadamente no está a un nivel satisfactorio", afirmó el sindicato. "Las condiciones y las inversiones en el fútbol femenino deben mejorar significativamente".