Opinión
Andreas Tetteh: "Tenemos que educar a las nuevas generaciones en una cultura antirracista"

Sobre el autor
Andreas Tetteh, delantero del AE Kifisia, equipo de la Superliga griega, que se trasladará al Panathinaikos en enero, es el ganador del Player Activism Award 2025, uno de los tres FIFPRO Merit Awards (Premios al Mérito). De padre ghanés y madre sierraleonesa, Tetteh nació y creció en Atenas. A principios de este año se convirtió en embajador contra el racismo del sindicato griego de jugadores PSAPP, debido a sus esfuerzos por promover una cultura antirracista en el fútbol griego.
Por Andreas Tetteh
Si pudiera hablar con todas las personas en los momentos previos a hacer un comentario racista, les pediría que se tomaran el tiempo necesario para ponerse en el lugar de la persona a la que van a insultar. Piensen en lo que puede estar pasando en sus vidas en este momento. A qué dificultades puede haberse enfrentado. Y en lo mucho que les dolerán tus comentarios sobre el color de su piel. Maltratar a alguien por motivos raciales no te convierte en superior, ni mucho menos en mejor persona.
Por desgracia, en mi carrera como futbolista, he sufrido insultos racistas en más de una ocasión, tanto en el campo como en la calle. Aunque nunca por parte de los hinchas del equipo para el que jugaba, hubo casos en los que procedían de aficionados individuales del equipo contrario. Hablé con la prensa después de un partido en el que un directivo del equipo contrario me insultó desde el banco de suplentes. El shock aún estaba fresco y yo estaba muy disgustado, pero en ese momento tenía que hablar. Quería que la mayor cantidad de gente posible se diera cuenta de lo que había pasado y de lo mucho que me había afectado.
Quizás fue esta necesidad de transmitir mi mensaje lo que hizo que el PSAPP me ofreciera el puesto de embajador contra el racismo, porque se dieron cuenta de que, aunque era un tema que me afectaba directamente, no tenía miedo de hablar de ello. Cuando me ofrecieron el papel acepté encantado. Me han apoyado en los mensajes que he intentado transmitir a la comunidad futbolística de Grecia.

En cualquier acto social o programa en el que ven una oportunidad para que hable, lo organizan para que pueda hacerlo, especialmente con los niños, lo que me parece muy importante. Tenemos que formar las mentes de la próxima generación, educarles en una cultura antirracista con la que puedan crecer, para que ellos mismos se conviertan en un ejemplo activo para la generación siguiente. Es una prioridad absoluta no sólo enseñar a los niños cómo tratar a los demás, sino compartir mi historia con quienes quizá ya hayan sido maltratados, animándoles a levantarse contra los abusos racistas.
Mi madre siempre dice que, digan lo que digan, no hay que dejar que se quede: hay que ser la roca en el río que el agua toca y pasa, pero no puede moverla. Quiero compartir ese mensaje con todos los que se han visto afectados por el racismo; puede que no seamos capaces de evitar que nos toque, pero debemos tener la fuerza de mantenernos firmes.
Estoy muy orgulloso del trabajo que hemos realizado hasta ahora, y de la gente a la que hemos llegado. Agradezco la confianza que mi sindicato ha depositado en mí, y creo que ya hemos dado verdaderos pasos para hacer del fútbol en Grecia un espacio más seguro para todos.
Es muy gratificante ser reconocido por FIFPRO con el Player Activism Award porque demuestra que mi mensaje se está difundiendo, y ganar el premio ayudará a amplificarlo aún más. Soy una persona que ha pasado por muchas cosas en la vida y mis experiencias me impulsan a compartir los mensajes y apoyar las causas que inspirarán un cambio real. Aunque nunca dejaré de hacerlo, que se reconozca nuestro trabajo sigue siendo un estímulo bienvenido.
Digo nuestro trabajo, porque no podría haber llegado tan lejos sin el PSAPP, que realmente me escuchó y me dio la plataforma para crear el cambio que quería ver en el juego. Mi familia, mis amigos y mis compañeros de equipo, algunos de los cuales también han experimentado el racismo de primera mano, me han apoyado. Ha sido un esfuerzo colectivo.
Nuestra voz es nuestro poder más fuerte. Tengo suerte de tener la oportunidad de compartir la mía con tanta gente. Es un honor, pero también una responsabilidad que creo que todos los jugadores deberían asumir. Mucha gente ve el fútbol y se deja influir por los jugadores a los que apoya, lo que nos da a todos una plataforma mayor que muchas otras. Tenemos mucha visibilidad e influencia, especialmente entre los aficionados más jóvenes. Si en algún lugar entre esos miles de seguidores podemos convencer a uno para que haga un cambio positivo, entonces estaremos difundiendo un poco de bien en el mundo.
Desde aquel día en que hablé ante los medios de comunicación tras sufrir abusos racistas, he sentido mucho apoyo de la comunidad futbolística. Ya percibo un cambio gracias a mi mensaje. Creo que si cada equipo utilizara su propia voz para adoptar una postura unida contra el racismo, podríamos inspirar un verdadero cambio cultural en la comunidad. Creo que el fútbol tiene ese poder. Deberíamos aprovecharlo al máximo, no sólo en Grecia, sino en todo el mundo.




